A orillas del río Rin se encuentra esta tradicional ciudad alemana, un lugar donde pasear y deleitarse durante horas. Tanto el viajero cosmopolita como el turista que busca unas vacaciones en Duesseldorf sin complicaciones, encontrarán actividades de su agrado. ¿Qué puede ofrecer la capital de Renania del Norte-Westfalia? Un acogedor casco antiguo, numerosos museos, la mejor muestra de arquitectura moderna o un sinfín de tabernas típicas.
Unas vacaciones de cuento en Duesseldorf
Acceder a la ciudad es fácil desde el aeropuerto internacional de Duesseldorf, que cuenta con su propia estación de tren, conectada también al metro urbano. Para los trayectos a pie, es conveniente llevar ropa que proteja del agua, ya que Duesseldorf es una ciudad bastante lluviosa durante todo el año.
Una vez en la zona urbana, puede comenzarse por visitar el casco antiguo, lleno de fachadas coloridas y tradicionales cervecerías, donde degustar una pinta de la cerveza más característica de la zona, la Altbier. Tras la parada obligada en las tascas, se puede continuar la ruta de vacaciones en Duesseldorf con una visita al prestigioso museo de arte Kunst Palast o a la basílica gótica de San Lamberto.
Destino de lujo y arquitectura de vanguardia
Königsallee, además de ser la más popular de las calles de Duesseldorf, es todo un icono de elegancia y referente en compras de lujo. Los precios de sus tiendas no son aptos para todos los bolsillos, pero pasear por la avenida es un placer que no se debe obviar si se planean unas vacaciones en Duesseldorf.
Uno de los principales atractivos de Duesseldorf está al alcance de todos, y no es otro que su arquitectura. Los popularmente conocidos como edificios inclinados, obra del arquitecto Frank Gehry, son una muestra de las novedosas construcciones existentes en Duesseldorf. Además, tanto en vacaciones, como en una fugaz visita de negocios, merece la pena contemplar construcciones como la Carsch Casa, un edificio único, de estilo Art Noveau.
